Si uno decidía ser médico en el siglo XIX o con anterioridad, aparte de las escuelas médicas en funcionamiento, no era infrecuente lograr la titulación médica gracias a recibir parte de la instrucción por medio de correo. Lo cual es entendible en una época donde las distancias eran mucho mayores. Además, había mucha mayor diversidad de materias y disciplinas que estudiar como médico. Dicho de otro modo, tampoco existía una rígida homogeneidad en los programas. Así, por ejemplo, a diferencia de hoy en día, un médico antiguamente solía tener sólidos conocimientos de fitoterapia, botánica o nutrición. Precisamente por aquel entonces, a finales del XIX, la ya entonces prestigiosa Asociación Americana de Medicina (AMA) decidió que aquella heterogeneidad y libertad académica debía acabar, siempre claro ‘por el bien público’. Con tal propósito creó su Council on Medical Education . Sin embargo, sus miembros no fueron capaces de ponerse de acuerdo en los estándares obligatorios pa...
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